¿Por qué los niños y niñas tienen miedo de los monstruos?

Se acerca Halloween y empiezo a ver monstruos por las calles, el supermercado, en las tiendas donde vamos adultos pero también niños y sé que va a ir a más, por eso hoy me siento a reflexionar contigo, si te apetece, sobre “el miedo a los monstruos”.

Illustration by Abbey Whitington at Studio Colour Play

Niños y niñas desde bien pequeños se asustan de los monstruos, las brujas, los zombies, fantasmas o las serpientes. Son miedos enormes pero lo más probable es que no hayan visto jamás ninguna de estas cosas en la vida real.

Si no hemos tenido una experiencia traumática o negativa con algo, y nuestra experiencia real es limitada porque somos pequeñitos, ¿por qué le tenemos pánico a estas cosas?

Lo primero y más obvio es porque están hechos para asustar. No me preguntéis por qué pero en algún momento de la historia nos pareció gracioso que los niños y niñas gritaran y se asustaran, qué se yo, para reafirmarnos como adultos de que a nosotros esas cosas ya no nos dan miedo. Pero lo cierto es que los trenes de la bruja, la gente disfrazada dando sustos o los programas infantiles llenos de monstruitos en la televisión siguen existiendo, esto no podemos cambiarlo.

¿Cómo te sentirías si pensaras que hay criaturas de colores que no has visto nunca pero sabes que son “de otro planeta”, “que salen por las noches” o que tienen poderes “mágicos” que desconoces? Cosas intangibles para ellos.

Intentemos entonces comprender, ¿por qué les dan tanto miedo?, y es una cuestión muy sencilla; igual que para ellos la leche viene del supermercado y no de la vaca porque es lo que han vivido, “los monstruos existen porque me lo han contado como me han contado que me llamo Javier, o que después de la cena vamos a dormir”.

Los niños y niñas no tienen experiencia, google, enciclopedias, referentes profesionales a los que acudir cuando tienen una duda, nos tienen a nosotros, al mundo de los adultos, contándoles que la leche viene de la vaca y que cuando salgan por la puerta sentirán frío si no se abrigan.

Además, solemos tener razón, nuestros peques nos escuchan porque saben que les acompañamos de la mejor de las maneras. Pero tenemos que tener en cuenta que para ellos TODO es verdad.

No hay mentiras, no hay ficción, no hay fantasía. La ilusión de un niño es enorme porque realmente siente que es verdad.

Y tenemos que tratar esa “ilusión” con mucha cautela.

Si yo estoy aprendiendo sobre el mundo,

Si aún no sé de donde viene la leche, las manzanas o el dinero.

Si no sé atarme los cordones, sonarme la nariz

O ponerme mermelada en una tostada

¿Por qué sé sobre orcos, monstruos, zombies y brujas?

¿Por qué no nos concentramos en acercarle el mundo más real, más cercano, más palpable al niño? Y permitimos que entienda lo que sí es verdad, antes de entrar a lo que no.

Cuando conozca lagos, ríos,

Países, cuidades y pueblos

Y sepa ponerle nombre a lo que siente

O a lo que siente su compañero

Cuando entienda que hay algunos adultos que no lo saben todo

Y untarse una tostada con mermelada

Entonces creo que estarán preparados para entender a los monstruos

Porque, claro, conforme van creciendo y su cerebro va creando cajones para compartimentar información y decidir si es verdad, si es mentira o si es fantasía, podemos hablar de estas cosas y acompañarle en el proceso de llenar el cajón de fantasía de todas esas cosas que lo son (sobre todo las que asustan).

Pero si no sé lo que significa una mentira, una fantasía o algo imaginado, cuando me enseñen a un bicho verde con colmillos y antenas, voy a creerme que es verdad y me va a dar pánico.

¿Dónde viven? ¿Puedo encontrármelos al salir del cole? ¿Aparecerán cuando me quedo dormido? ¿Qué comerán? Fíjate que algunas de estas preguntas ya se las responden en ciertos cuentos, programas o en charlas con sus amigos.

Pero yo te animo a que no vengan de ti.

→ ¿Qué puedes hacer entonces cuando un pequeño o pequeña que aún no distingue lo que es verdad de lo que no, viene asustado porque ha visto un “monstruo” por la calle?

  • Explica la realidad con todo lujo de detalles, si ven a una persona disfrazada de bruja por la calle cuéntale,  aunque no tenga miedo, que es una mujer con el pelo X, alta o bajita, que lleva una falda negra, un sombrero y se ha puesto pinturas en la cara, un pelo de mentira que ha comprado en una tienda, para pasárselo bien en una fiesta, y dice que va de “bruja”.

  • Si te dice que ha visto algo aterrador en algún programa o TV, aunque no tenga miedo, cuéntale o enséñale como hacen esos programas, que es gente dibujando cosas que se imagina para entretener a los demás. O que son disfraces, que son de tal tipo y los llevan puestos como cuando él o ella lleva un gorro o un abrigo. Que no hay monstruos en la tierra, que solo hay personas, plantas, animales e insectos.

  • Trata de evitar la exposición a este tipo de cosas, cuentos que se leen en casa y en el cole, pantallas y exposición a grandes centros comerciales en estas fechas.

  • En lugar de centrarnos en Halloween, centrémonos en el Otoño, que nos ofrece un montón de oportunidades de aprendizaje riquísimas para el niño o niña 0-4.

  • Sé consciente de que alrededor de estas fechas, además, empieza a oscurecer muy pronto y saldrán de la escuela en oscuridad, habla todo lo que puedas sobre la oscuridad y ofrece apoyo y alternativas si crees que se pueden asustar.

  • Trata de organizar ratitos de calma & charla en las comidas por ejemplo, donde podamos estar hablando de cómo nos sentimos. Normaliza este tipo de emociones en ti, seamos ejemplo de regulación e integración.

  • Si notas que tu pequeño o pequeña tiene algunos miedos, no dudes en escribirme y vemos cómo abordarlo.

Yo sé que esto es complicado y más de la cultura y tradición de donde venimos, porque nos encanta ver a los peques creyendo en un mundo fantástico pero para mí, el aprendizaje de verdad va primero. La prevención de posibles futuros miedos o fobias también previene frente a personas que no controlas contándoles cualquier cosa y que se lo crean, a otros niños o niñas dándoles sustos jugando.

Pongámosle nombre a lo que tiene nombre y acompañemos a la infancia de la forma más consciente posible. Y eso es poniéndole cara, nombre y por qué a lo que asusta.

PD: esto no quiere decir que si tu pequeño o pequeña quiere también llevar un disfraz o ir a una fiesta de disfraces lo haga, pero me parece importante que acompañemos en la comprensión del concepto y evitemos posibles sustos.

Nos vemos prontito!

Mar :)

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