Journaling en pequeños que no escriben; cómo integrarlo en la crianza y por qué.
El journaling es una técnica que utiliza la escritura para el autocuidado y autoconocimiento. Es una práctica casi meditativa, que se basa en la observación y puede incluir escritura de gratitud y de reflexión de los problemas que nos van surgiendo en el día a día, para, al objetivizarlos, poder tomar perspectiva y quizá buscar mejores soluciones.
El journaling, la escritura de un diario como hacíamos de pequeñas, en realidad, no es una cursilada o una técnica de moda, tiene una base científica detrás que nos cuenta que ayuda a la integración. A la integra...qué?? La integración de los dos lados del cerebro, el derecho y el izquierdo. Y en este caso, le da un silbidito al izquierdo para que se pase por aquí, porque nuestras emociones nos están llevando al caos emocional (te cuento que sí, que esto tiene mucho que ver con la crianza y la infancia puesto que no nacemos con el cerebro al 100% desarrollado y hay muchas cosas que van surgiendo con el tiempo).
Imagino que conocerás ambos hemisferios cerebrales, pero el hemisferio derecho es el encargado de la creatividad, de los trabajos con las manos, los que salen sin pensar, el arte. También es el lado que nos inunda de emocionalidad y nos hace sentir una cosa u otra. Es el lado que te ayuda a recordar lo que sentiste en un momento concreto del pasado; ¿qué sentiste durante el parto?
El izquierdo, en cambio, es el lógico y racional, el que almacena información, datos y pone en orden nuestros pensamientos. El que organiza tu agenda y rutinas. Por el que tachar tareas de una lista nos satisface o escribimos pros y contras ante una gran decisión y no nos lanzamos a ciegas según nos apetezca ese día.
Integrar ambos lados es un proceso natural. Nos va saliendo. Pero cierto es que hay muchos factores que hacen que lo hagamos antes o después, y que nos dejemos llevar por un lado o por otro. De ahí que haya personas que son mucho más dadas a escuchar a un lado que a otro, con los problemas que esto pueda conllevar.
Generalmente, hasta los 3 o 4 años los niños y niñas son muy emocionales, no han desarrollado la lógica, el pensamiento más estructurado, calmado y racional. Se dejan llevar por sus emociones que suelen, además, ser bastante grandes y ruidosas. Imagina no entender por qué pero sentir una ola de ira enorme, o de felicidad, o de frustración. Se nos comería.
Pues eso está ocurriendo ahora mismo en tu hogar. Cuando surgen miedos o conexiones de lugares a emociones negativas, personas, momentos del día. Cuando "María no quiere ir a casa de la abuela desde que un día se dió un susto en el portal, que estaba muy oscuro. María no es capaz de entender qué pasó, pero sí sabe y recuerda qué es lo que sintió allí, y se niega".
Mar, ¿pero qué tiene que ver esto con que los adultos hagamos journaling? ¡Tiene que ver mucho! ¡muchísimo!
Lo que buscamos en los niños es que vayan aprendiendo a integrar pensamientos lógicos, racionales, que ordenan las ideas, experiencias y emociones para colocarlas en algún lugar. Hablar de ello nos ayuda muchísimo a colocar la emoción o situación en el que lugar en el que tiene que estar, y no en primera fila, de pie y haciendo aspavientos, sin dejarnos ver ni escuchar la película.
Si el journaling nos ordena los pensamientos y nos ayuda a priorizar y entendernos, ¿cómo no vamos a intentar integrarlo en la vida de nuestros pequeños? (¿y en las nuestras?)
Para esto no se necesitan únicamente palabras, de hecho, siendo lo visuales que son nuestros pequeños, aunque vayan aprendiendo a escribir, lo mejor es que lo utilicen de la forma en la que más sentido tenga, probablemente pegando trocitos de cosas que van recolectando en su día a día o dibujando y luego explicando qué es lo que han pensado o descrito. Y recuerda que para contar cosas, no valen solo las palabras, los gestos, sonidos o signos también nos cuentan historias.
El journal con los niños tampoco se trata de una agenda descrita. Si no de elegir momentos que han ido pasando y describirlos. Entrenar la observación y la descripción para así ir despertando a ese lado izquierdo al que queremos invitar a la sala del cine, para asi sentarse al lado del lado derecho y poder ver la película sin caos.
Ojo, no buscamos robots racionales y lógicos que describen con exactitud todo lo que va ocurriendo, buscamos pequeñas personas en desarrollo que puedan ser capaces de describir algo traumático (para ellos) una y otra vez y encontrar sus propias soluciones. Y nosotros estemos cerca para guiarles mientras las navegan si lo necesitaran.
Imagina crear una rutina de fin de semana, de final del día, donde os sentéis en un sitio diferente, el suelo, la terraza? la mesa del comedor, su cama, y conectéis cada uno haciendo su journal? suena a idilico pero es la técnica más sencilla para ayudar a que su cerebro se vaya moldeando de forma equilibrada, para ayudar a los niños a ser adultos emocionales y prácticos, con herramientas de reflexión y resolución de problemas integradas en sus propias maneras de hacer, vivir, sentir y pensar.
Si no has probado el journaling, te animo a empezar hoy.